Luis
Alberto Gordon Iglesias
Perú,
28-03-2012
DE LA PLUTOCRACIA A LA
DEMOCRACIA
En
estos días todos los medios de comunicación y las autoridades del estado
están poniendo en cuestión la representatividad y legitimidad
que tienen los organizaciones naturales de la población para encabezar la lucha en defensa de sus
intereses; con ello se pretende
desautorizar su capacidad de convocatoria
y movilización, como no son autoridades
electas, por tanto no tendrían la autoridad
para representar a la población, resultando así que estas convocatorias y movilizaciones serian
actos ilegales y lo peor de todo carentes de toda legitimidad,
Con ello
pretenden ignorar que autoritarismo y exclusión en el país son dos constantes
de nuestra vida republicana que nació de espaldas a su población mayoritariamente
indígena y mestiza, por ello los principios liberales en el Perú no pasaron de
ser actos meramente declarativos y la
sociedad señorial colonial y su espíritu persistieron y aun perviven en ciertos
sectores conservadores que añoran esta sociedad aristocrática como sinónimo de
distinción social y refinamiento cultural.
En este
juego plutocrático electoral solo tienen posibilidades de victoria quienes son capaces
de comprar la publicad de sus medios de comunicación y en un insulto vergonzante a los pobres de
este país, a cambiar votos por míseros
obsequios; por ello resulta inadmisible que con esta democracia plutocrática
servil al capital pretendan declararse los dueños de la legalidad y con ello de
la legitimidad de representación ciudadana en nuestro país.
Habría que
recordarles a estos señores que está tipificado como delito, las actividades
que con engaños se realizan para obtener
un beneficio personal prometiendo cosas o productos inexistentes, que a eso se
le tipifica como estafa, pues con
engaños se apropian de un bien.
En este
caso cuáles son los bienes de los que se apropian estos señores; pues esencialmente
son dos: el primero es el de la voluntad popular, voluntad harta expresada en
las urnas por el cambio, por la justicia y por la inclusión y el segundo es el
derecho de representación que es usurpado y apropiado en exclusiva por esta
plutocracia que desconoce cualquier
otra expresión que no haya nacido de este juego plutocrático electoral que controlan.
UNA TAREA: UN DEBER IMPOSTERGABLE
Por
ello rescatar la democracia es una tarea esencial de los pueblos que aspiran a
la inclusión y la justicia social. Necesitamos un nuevo pacto social que
garantice y equilibre el juego democrático, que haga posible un real sistema de
representación democrático y meritocratico.
Es que la población necesita canales de expresión valederos que recojan sus
necesidades y aspiraciones, por ello es que la democracia debe ser además de
formal y representativa participativa e inclusiva. Necesitamos dar un
reconocimiento y fuerza legal a las organizaciones populares ciudadanas;
convertirlas de actores consultivos a actores ejecutivos, fiscalizadores y propositivos. Que el pueblo organizado no
solo se sienta representado, si no que sea reconocido como parte de un poder
del estado, ser un real poder que equilibre el poder del capital en el estado y
lo ponga al servicio del desarrollo nacional.
Los
pueblos originarios, las comunidades campesinas, ya no pueden sentirse extrañas
en su propio suelo, ya no pueden permanecer invisibles, sin rostro sin voz; la
inclusión no es un tema de asistencialismo, de repartir migajas que en el Perú solo han originado corrupción,
atraso y un clientelismo vergonzante que alimenta poderes locales y
autoritarismos. Es necesaria la unidad de todos los excluidos urbanos y
rurales, que somos la gran mayoría, unidad que nos lleve a dejar la
invisibilidad a la que se nos ha condenado,
hay que insurgir en la civilidad, en la ciudadanía.
La
inclusión social no será un obsequio del capital, o de algunos pensadores bien
intencionados, la inclusión social será el fruto de la acción consciente,
organizada de los pueblos marginados y
esta acción significa protagonismo y alternativa de desarrollo, significa
democratizar el país. Por ello la
inclusión social pasa también por
la inclusión, económica, política y representativa de los pueblos del Perú, de
la población marginada que como repetimos en nuestro país es la inmensa
mayoría.
















